El antiguo comercio de la nieve en la sierra de Madrid
Antes de la invención de los frigoríficos, esos seres de blanco cuya respiración achacosa acompaña la noche de los insomnes, la única forma de obtener hielo era extraerlo de las cumbres de las montañas.
Ventisquero del Ratón
Imagen del ventisquero del Ratón donde se aprecia los muros de piedra
Desde principios del siglo XVII hasta finales del XIX se estableció un fluido comercio de esta mercancía, que era transportada por arrieros desde las estribaciones de la sierra de Guadarrama hasta la capital.
Imagen del ventisqueo del Ratón donde se aprecian los muro de piedra
Allí se apelmazaba y se guardaba parte de la nieve en pozos en forma de hielo; el resto se llevaba en carros hasta Madrid, una vez preparada la carga que se cubría con pieles y se tensaba con cuerdas. El comercio de la nieve en la sierra de Madrid, los neveros Según Real Orden la nieve se tenía que transportar desde Chozas por el Camino Real que llevaba a Colmenar Viejo y, desde allí, directo a Madrid entrando por la calle Fuencarral hasta su destino cerca de la puerta de los Pozos de la Nieve, en la glorieta de Bilbao, en cuyas inmediaciones existían cinco grandes pozos. Otros ventisqueros Cerca del ventisquero del Ratón, pero en la cara septentrional de la loma de Bailanderos, se situaba el ventisquero del Algodón. Hasta allí llegaba el Camino de la Nieve que, desde el puerto de la Morcuera, bordeando la Najarra, desembocaba en Chozas y aún hoy se conserva, aunque eso sí con tramos borrados por el olvido y otros convertidos en pista forestal.
El "Pozo de cuelgamuros" es uno de los pozos mejores conservados de la Comunidad de
Madrid. Según las crónicas fue construido en 1609, y estuvo en uso hasta el año 1934
Fuente: Brujuleando la sierra
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