Se trata de un peculiar lugar con historia. Sobre todo, inexpugnable, ya que, en sus casi 80 años de existencia, nadie ha osado en asaltar la cámara del oro que custodia el Banco de España de Madrid a 48 metros bajo tierra. Unos cuantos obstáculos se toparían con el atrevido que lo intentara. Ante cualquier amenaza saltarían una serie de sensores que accionarían una llave que inundaría todo el subterráneo. Ni siquiera las bombas de la Guerra Civil pudieron con ella. Mejor no intentarlo. Por si acaso.
Este ingenio hidráulico fue ideado por el arquitecto español José Yarnoz en la década de los 30 del pasado siglo gracias a la canalización de dos arroyos (Las Pascualas y el de Oropesa) hacia un aljibe durante la construcción de la cámara, que transitan por los bajos del paseo de la Castellana o la calle Alcalá y proporcionan caudal a la fuente de la Cibeles.
La cámara acorazada del Banco de España custodia un tercio de la reserva del oro española. El resto se reparte entre Fort Knox (Estados Unidos) y Londres. Son en total, de cinco en cinco, 5.400 lingotes de oro puro estándar. Cada una de las piezas pesa más de 12 kilos y llega a valer hasta 640.000 euros.
Llegar a la cámara acorazada supone toda una aventura. Primero hay que cruzar unas escaleras que se encuentran en la glorieta de unión del edificio de 1891 y el de la ampliación de 1936 del Banco de España. Luego, bajar dos sótanos. Después se llega a una sala donde aparece la primera gran puerta acorazada, de 15 toneladas de peso y acero oxidable.
Tras ella nos topamos con un foso y dos ascensores, que descienden a 36 metros de profundidad. El foso se atraviesa a través de un puente de dos metros de largo, que conduce a una nueva puerta acorazada más pequeña. A seis metros, otra puerta gemela. Nunca se abre una puerta sin cerrarse otra.
Se llega por fin a la cámara con las cajas de seguridad, entre ellas la del oro. También se conserva aquí la colección de monedas del Banco de España, que asciende a más de medio millón. En las estanterías que fueron diseñadas por Gustave Eiffel también reposan cerca de dos millones de monedas valoradas en oro.
En total abarca una superficie de 2.500 metros cuadrados que con los grandes muros que separan las cajas quedan útiles 1.500. Es una instalación infranqueable. En última estancia, un pasillo pequeño que recorre la superficie exterior desde la entrada hasta la salida, repleto de espejos, permite ver cualquier silueta desde cualquier punto. En caso de una intrusión se podría dar la voz de alarma rápidamente.
Fue, además en este búnker donde las familias que vivían en el edificio del Banco se protegieron a buen recaudo de los misiles que explosionaron durante la Guerra Civil. Hoy día reposan bajo tierra 9,1 millones de onzas troy en la cámara secreta. En 2004 la reserva total ascendía a cerca de 17 millones de onzas.
El del centro de Madrid no es el único subsuelo que conserva historia y aventuras del pasado. El de la carretera M-30 que circunvala la capital de España, es un auténtico tesoro arqueológico; en su interior se han hallado restos de animales antediluvianos, vestigios del hombre prehistórico como puntas de sílex, remanentes de villas romanas o trincheras de la Guerra Civil…
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