Historia del Edificio España
Al término de la Gran Vía, en Madrid, se encuentra la icónica Plaza de España, este cuadro representa el último tramo de construcción de la Vía y el fin de una época de innovación. No obstante, dentro de esta plaza, están algunos de los edificios más conocidos de la Capital. De todas formas, aunque la construcción de la calle como tal ya está casi acabada en los años 30, durante el franquismo se construyen importantes edificios y sobre todo se remata la Gran Vía con la Plaza de España, y los edificios entonces muy singulares del Edificio España y la Torre de Madrid.
Debido a que esta es la etapa final, se considera que esta parte de la Vía es la piedra arquitectónica del gran proyecto. Todas las secciones de la Gran Vía reflejan el estilo y la arquitectura del tiempo en que se construyeron. En el caso del último tramo se ve la popularidad europea de construir edificios altísimos. Tras la segunda guerra mundial la Unión Soviética planificó la construcción de 8 grandes torres, el resto de Europa comenzó también a construir grandes edificios. En Madrid se construye el primer edificio de más de 100 metros en 1950, el Edificio España. Además este edificio retuvo su prestigio de altura por toda Europa hasta la terminación de la Torre de Madrid. En la década de los 50 comienza la remodelación de la Plaza de España y se construye el Edificio España en 1953, concebido como el edificio más alto de Europa en su momento.
Dos hermanos arquitectos, Julián y Joaquín Otamendi Machimbarrena fueron elegidos para idear este edificio. Tal como muchos diseñadores, los Otamendi buscaron su inspiración en las obras de sus contemporáneos. De América se importa esa estructura de volúmenes escalonados tan característicos de los rascacielos newyorkinos, que configuran la imagen tan reconocible del Edificio de Telefónica, que en menor medida reaparecerá en clave más moderna en el edificio coliseo del final de la Gran Vía, pero que sobre todo creara una ciudad con el Edificio España de los hermanos Otamendi de una mayor escala pero un menor virtuosismo. En otras palabras, los arquitectos tomaron pedazos de la Vía misma para crear algo nuevo pero a la vez conocido.
El resultado de su obra es el Edificio España. Para primar ciertas necesidades sobre la forma y el estilo, mezcla nuevamente el neobarroco de tradición española con forma de rascacielos escalonado americano. Aparte de su apariencia física, el Edificio España sirve como ejemplo de una comunidad independiente. Es un símbolo de la autoria ya que pretendía construirse como una pequeña ciudad autosuficiente con diferentes funciones, comerciales, administrativas, recreativas, bancarias, hoteleras, etc. Además de cumplir con varias funciones por medio del uso combinado, el Edificio España también fue construido para operar autonomamente.
Disponía de suministro de agua en caso de emergencia, con 400 toneladas en la parte superior del edificio, y de energía propia con una central de dos grupos electrógenos, 90 motores y un tanque de carburante líquido. Los espacios en los que se realizan dichas funciones están conectados entre si por medio de múltiples pasillos y 32 ascensores. Quizás el detalle más importante en la construcción del Edificio España sea el espacio en que fue erejido, hasta ahora el rasante de Madrid representaba la antigua España. Por su situación topográfica se pretendía que destacasen tres edificios singulares que representaban, a la religión: la Catedral, la patria: el Palacio Real, la jerarquía: la Casa del Partido.
Por esta razón los arquitectos tuvieron el deber de reflejar el nuevo orden político de España. Esta última debía construirse sobre el sagrado solar que ocupó el cuartel de la montaña, el posterior desarrollo económico con la construcción del Edificio España y la Torre de Madrid rompió esta panorámica. Así la vista del Edificio España es una representación de abandonar las viejas tradiciones de la antigüedad y celebrar el adelanto de España como poder mundial en el siglo XX.
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