Historia del Duende del parque del Retiro
Cuando este parque fue construido en el siglo XVII bajo el reinado de Felipe IV, como sitio de recreo para los monarcas, comenzó a contarse una historia muy bella. Se dice que los jardines del Retiro son el refugio de un duende benigno, que se muestra ante las parejas de verdaderos enamorados y hace florecer los jardines durante el otoño. Su actuación más curiosa fue la de adornar con pétalos de flores el paseo principal de El Retiro el día que llegó a Madrid Felipe V. Desde 1866, año en el que fue cedido al pueblo madrileño, es un lugar de encuentro para distintas manifestaciones culturales al aire libre.
Cuando Felipe V asume el trono en el siglo XVIII, eran reconocidos sus paseos por estos jardines, un sitio que al parecer le era muy confortable. Y no es para menos cuando cada vez que acudía a dar su recorrido, las flores que acompañaban el camino eran totalmente diferentes.
Esto llamaba poderosamente la atención a los jardineros del lugar pues ellos no las estaban plantando así que era casi imposible que a cada paseo del Rey, las flores fuesen diferentes. Pero se ha comentado y ha permanecido entre las leyendas hoy en día, que era frecuente ver un ser pequeño con rostro grotesco y cada vez que se hacía visible para los demás, las flores cambiaban.
Claro que cada vez que trataban de atraparle, desaparecía misteriosamente entre la maleza y jamás pudo ser capturado. Fueron, al parecer, los jardineros quienes le pusieron como apodo “El Duende del Retiro” siendo el responsable de los cambios en las flores para deleite de Felipe V cada vez que acudía al Parque.
Durante muchos años se creyó que en el parque del Retiro se aparecía un duende, que se hizo tan popular que, en 1984, el Ayuntamiento de Madrid decidió instituir una fiesta infantil, conocida como la fiesta del Duende, que se celebraría cada mes de mayo. Aunque la fiesta no tuvo continuidad, en el parque quedó una escultura dedicada al Duende del Retiro que realizó el escultor José de Noja.
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