La Plaza de Santa Ana es el centro de referencia del Barrio de las Letras, punto de reunión de multitud de visitantes que vienen desde Puerta del Sol, Plaza Mayor o Museo del Prado.
En el espacio central de esta plaza estuvo el convento de Santa Ana, de Carmelitas Descalzas, fundado en el siglo XVI y demolido en 1810 durante el reinado de José Bonaparte, el rey Plazuelas.
Desde el siglo XVI y especialmente en el XVII, por esta plaza y sus alrededores hicieron vida grandes escritores y dramaturgos como Calderón de la Barca, Lope de Vega o Cervantes, además de pintores, actores o dibujantes.
Aquí estuvieron los primeros corrales de comedias que se recuerdan en Madrid, el de la Pacheca y el del Príncipe, y a sólo unos pasos, detrás de la plaza, el corral de la Cruz. En el espacio que en su día ocuparon el corral de la Pacheca y el corral del Príncipe tenemos ahora el Teatro Español, en el lado este de la plaza.
En el lado oeste se levanta el hotel ME Reina Victoria.
En este hotel de lujo, fundado en 1923 y llamado así en honor a la esposa del rey Alfonso XIII, se han alojado personalidades del cine, la música, la literatura o la aristocracia y durante muchos años fue el preferido por los toreros (Manolete se alojaba en la habitación 406) que iban a torear a las Ventas.
En su azotea se abre una terraza, The Roof, que en los meses de verano sirve de mirador desde donde se contempla una de las panorámicas más amplias del centro de Madrid. En su planta baja tiene éxito el restaurante Ana la Santa. Su fachada blanca es quizá la más vistosa de la plaza.
La Plaza de Santa Ana está adornada por dos estatuas dedicadas a dos de los más reconocidos dramaturgos que han estrenado obras aquí: la de Calderón de la Barca en la parte oeste, junto al hotel, y la de Federico García Lorca un poco más abajo, de cara al Teatro Español.
Curiosidades de la Plaza de Santa Ana
El Bar Taurino del Hotel Reina Victoria sirvió de escenario en la película Hable con ella (2002), de Pedro Almodóvar, que le valió el Oscar al mejor guión original.
En otra de sus películas, Tacones lejanos (1991), Almodóvar utilizó el Villa-Rosa, que por entonces era sala de fiestas y discoteca, para rodar una escena con Miguel Bosé, Victoria Abril y Marisa Paredes.
Fuente: Mirador Madrid
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