Efectivamente, la estatua ecuestre de Felipe IV, que ahora ves en la plaza de Oriente, fue realizada en el siglo XVII, y la estatua de Felipe III, de la plaza Mayor, fue fundida años antes, en 1614. En cambio, la de Carlos III fue mandada realizar a principios de los años 90 en homenaje al rey que fuera considerado el mejor alcalde de Madrid, por su gran contribución al desarrollo urbanístico de la ciudad durante su reinado en el siglo XVIII.
Esta estatua es en realidad una copia a mayor tamaño de un pequeño modelo que en su día encargó el propio Carlos III para hacer una estatua a su padre, Felipe V. Dicho modelo se encuentra en la Real Academia de San Fernando, y los escultores Miguel Angel Rodríguez y Eduardo Zancada se basaron en él para realizar la obra en bronce que ahora vemos en la Puerta del Sol.
De esta forma, dos de las tres esculturas que actualmente hay en la Puerta del Sol, la citada estatua de Carlos III y la estatua de la Mariblanca, son copias de otras que se conservan en distintas instituciones de la ciudad.
Esta estatua es una de las más limpias de la ciudad. Esto se debe a un pequeño dispositivo de ondas electrostáticas colocado dentro de la escultura que ahuyenta, a base de calambres, a las numerosas palomas que se posan sobre ella.
Fuentes: Viajar a Madrid
Colobee
No hay comentarios:
Publicar un comentario