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  • Los símbolos de la Villa de Madrid son la bandera carmesí propia de los ayuntamientos castellanos y el escudo tradicional con el oso y el madroño, tocado con corona real antigua, según el actual reglamento de Protocolo y Ceremonial del Ayuntamiento de Madrid. En 2004 la corporación municipal adoptó un logotipo basado en el escudo de la villa, en línea de color azul claro, que es utilizado en los documentos internos y de comunicación externa.
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Viaducto de Segovia, Madrid

El viaducto de Segovia o viaducto de la calle Bailén se encuentra en la ciudad española de Madrid. Existió uno anterior, construido en la década de 1930 para sustituir a otro de hierro erigido en 1874. El actual es fruto de numerosas restauraciones realizadas con el objeto de acomodar sus estructuras a la creciente demanda de tráfico. La finalidad del viaducto de Segovia es la prolongación de la calle de Bailén, situada en su parte superior, y salvar el desnivel de la calle de Segovia, que discurre perpendicularmente a sus pies, uniendo la zona del Palacio Real con las Vistillas.


Toma su nombre de esta última vía, aunque se le conoce popularmente como "el viaducto". Ya desde sus inicios fue, tristemente, un símbolo popular para suicidarse en Madrid (por eso se denominó también como el puente de los suicidas). El actual Viaducto de Segovia fue construido en la primera mitad del siglo XX sustituyendo al primer viaducto construido con el fin de prolongar la calle Bailen, salvando el desnivel con la calle Segovia, que discurre perpendicularmente a sus pies.


El primitivo viaducto era de hierro y madera, fue derribado en el año 1932 debido a su mal estado y por encontrase claramente superadas su características técnicas en relación con las necesidades de la ciudad en aquel momento. Este viaducto se construyo en 1874 por Eugenio Barrón, dentro del proyecto de reforma general de la calle Bailén, que tenía como finalidad la creación de una gran avenida que uniese los dos conjuntos monumentales del Palacio Real y la Basílica de San Francisco el Grande. La remodelación de la zona supuso el derribo de varios edificios, entre los cuales se encontraba la Iglesia de Santa María de la Almudena, considerada la más antigua de Madrid.


El viaducto actual, fue concluido en el año 1934 siendo realizado por los arquitectos Ferrero, Aracil y Aldaz, ganadores del concurso convocado por el gobierno de la Segunda República en los años 1931 y 1932. Después de la Guerra Civil Española fue reconstruido en el año 1942 debido a los desperfectos sufridos al encontrase muy cerca del frente. El viaducto fue restaurado de nuevo entre 1977 y 1978, tras plantearse la posibilidad de derruirlo y sustituirlo por uno más moderno. Finalmente se optó por mantenerlo. Salva un desnivel de 23 metros, en su altura máxima, es una obra racionalista, formada por tres bóvedas de 35 metros de luz y cuatro nervios. Construido en hormigón armado pulido y la base de los pilares aparece recubierta con sillares de granito.


El viaducto siempre ha estado ligado con la tragedia, durante su construcción se produjeron accidentes mortales y tanto el viaducto original como el actual han sido elegidos en numerosas ocasiones por los suicidas de la ciudad. Con el fin de dificultar dicho uso el Ayuntamiento de Madrid instalo en octubre de 1998 unas pantallas transparentes de seguridad junto a las barandillas del viaducto. Las leyendas de fantasmas vagando por los alrededores han estado ligadas al lugar con comentarios relacionados con gente atormentada, lamentos, llantos.


Una de esas leyendas cuenta que en el siglo XIX una joven quiso suicidarse lanzándose desde el viaducto original, porque su familia no consentía que se casase con su enamorado. Pero en esta ocasión la fortuna quiso que no se cumpliesen sus deseos, ya que la joven solo sufrió algunas magulladuras al frenar su caída sus faldas que hicieron un efecto de paracaídas. Y posteriormente a su intento de suicidio la familia consintió el matrimonio y la joven terminaría falleciendo años después al dar a luz su decimocuarto hijo.

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Iglesia de Santa Cristina (Madrid)

La iglesia de Santa Cristina es un templo ubicado en Madrid. En origen diseñada en estilo neogótico, finalmente Repullés y Vargas ejecutó un edificio neomudéjar. Se ubica en el barrio de Puerta del Ángel. Durante los periodos iniciales de la Guerra Civil fue convertida en una checa. A finales del siglo XIX la reina regente María Cristina decidió fundar un asilo para los niños de las familias pobres madrileñas.


En el año 1892 se inauguró este asilo en el Paseo de Extremadura ubicado en la zona del ensanche madrileño. En 1904, anexo al edificio del asilo se decidió construir una iglesia cuyo diseño se encargó al arquitecto español Enrique María Repullés y Vargas. La edificación del templo terminó en el año 1906. Se trata de una iglesia de estilo neomudéjar construida con aparejo de ladrillo dispuesto al modo del llamado paramento toledano. La torre hace a la vez de fachada principal.

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Iglesia de San Manuel y San Benito

La iglesia de San Manuel y San Benito está situada en la calle Alcalá. Fue erigida como residencia e iglesia de Padres Agustinos por iniciativa del empresario catalán don Manuel Caviggioli y su esposa doña Benita Maurici, de quienes el templo ha tomado la advocación. Este monumental edificio, fue realizado entre 1902 y 1910 bajo la dirección del arquitecto Fernando Arbós y Tremanti, sobre un extenso solar de 1759 metros cuadrados que para tal efecto dichos esposos donaron a los religiosos. Hoy en día es también iglesia parroquial bajo la advocación del Redentor.


En cuanto al edificio en sí, es junto al Panteón de Hombres Ilustres (también realizado por el propio Arbós) el mejor ejemplo de la arquitectura neobizantina madrileña. Está levantado sobre una planta centralizada de cruz griega, con una gran cúpula sobre pechinas donde se representan simbólicamente los cuatro evangelistas. En el interior destaca la capilla del lado de la Epístola, en cuyo centro hay un altar de mármol blanco flanqueado por los sepulcros de los dos esposos fundadores. En el exterior destaca la torre, adosada a la fachada principal, y erigida al modo de los campaniles italianos. El recinto se complementa con un espacio dedicado en un principio para escuela de obreros. En 1975 fue restaurado por el arquitecto José Antonio Arenillas.

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Puente de Toledo, Madrid

El Puente de Toledo se encuentra situado en Madrid (España). Es de estilo barroco (churrigueresco) y fue construido entre los años 1718 y 1732 por el arquitecto Pedro de Ribera. Une ambas riberas del río Manzanares, enlazando la glorieta de Pirámides, en la orilla este, con la glorieta del Marqués de Vadillo (Carabanchel), en la orilla oeste. El origen de esta construcción data del siglo XVII, cuando Felipe IV proyectó enlazar la Villa de Madrid con el camino de Toledo por medio de un puente sobre el río Manzanares.


El primer proyecto fue concebido por Juan Gómez de Mora y construido por José de Villarreal entre 1649 y 1660, y era conocido con el nombre de Puente Toledana. Sin embargo, una crecida del río lo destruyó poco después, obligando a proyectar uno nuevo en 1671. En 1680, recién terminado el nuevo puente, otra riada lo volvió a destruir. En esta ocasión los encargados de su reconstrucción fueron José del Olmo, que realizó el diseño en 1682 y José de Arroyo. Las líneas básicas de este proyecto fueron mantenidas por Teodoro Ardemans cuando se hizo cargo de las obras en 1684.


Pedro de Ribera fue encargado de realizar el puente actual en el año 1715. Sin embargo, no se retomó el proyecto hasta 1718, cuando el corregidor Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, Marqués de Vadillo, se propuso terminar la obra. Estas comenzaron en 1719 y concluyeron en 1732. El puente, con un diseño barroco, se compone de una parte central formada por nueve arcos de medio punto con sólidos contrafuertes y tambores que se rematan en balconcillos.


El tablero tiene un ancho de 4,95 metros. En la zona central se encuentran dos hornacinas o templetes adornados con elementos churriguerescos y que contienen las estatuas en piedra caliza de los patrones de Madrid, San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, realizadas en 1723 por el escultor Juan Alonso Villabrille y Ron con la colaboración de Luis Salvador Carmona.


En cada extremo del tablero se extienden sendas rampas que enlazan con cada una de las orillas. En el lateral correspondiente a la glorieta de Pirámides otras dos rampas, transversales al puente, daban antiguamente acceso a los lavaderos y huertas situados en la orilla del río. Llamativos son también los obeliscos que incluyó en el siglo XIX el arquitecto Francisco Javier de Mariategui en el extremo norte, así como las dos fuentes que diseñó Ribera en la parte más cercana al centro de la ciudad.

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Obelisco de la Arganzuela

El obelisco de la Arganzuela se encuentra situado en el parque de la Arganzuela de Madrid, actualmente parte del parque Madrid Río. Su ubicación original fue la actual glorieta de Emilio Castelar, en el paseo de la Castellana, por lo que fue conocido como obelisco de la Castellana u obelisco de la Fuente Castellana —denominación que sigue conservando a efectos de conservación del patrimonio—. Lo mandó construir el rey Fernando VII, poco antes de su muerte, con objeto de celebrar el nacimiento de su hija, la futura reina Isabel II. Las obras comenzaron bajo la regencia de María Cristina de Borbón, en 1833.


Aunque conocido como "obelisco", se trató originalmente de una fuente monumental mandada construir por el rey Fernando VII para conmemorar el nacimiento de su hija y heredera, la futura Isabel II. El encargo vino directamente del rey, a expensas del comisario general de Cruzada Manuel Fernández Varela. Finalmente, la erección del monumento no comenzó hasta tres años después, para celebrar el tercer cumpleaños de la princesa, que tuvo lugar poco después de la muerte del rey, el 29 de septiembre de 1833.


Por expreso deseo de la reina regente, María Cristina, el inicio de las obras se hizo coincidir con el cumpleaños de la princesa, que tenía lugar el 10 de octubre, si bien no fue hasta el día siguiente cuando se llevó a cabo la colocación oficial de la primera piedra del monumento. Las obras durarían cinco años. Los responsables del proyecto fueron el arquitecto Francisco Javier de Marietegui (1775-1844) y el escultor y académico José de Tomás (1795-1848), que se encargó de la ornamentación. Colaboraron también el cantero José Arnilla y el broncista Eugenio Alonso. El resultado fue una de las obras más destacables de la arquitectura conmemorativa neoclásica construidas en Madrid en las primeras décadas del siglo XIX.


La ubicación elegida fue el entonces recién abierto paseo de la Castellana. Aunque inicialmente se consideró situarlo al final del paseo del Cisne —actual paseo de Eduardo Dato, que entonces terminaba en la Castellana—, finalmente se eligió una ubicación un poco más hacia el norte, en una plaza que, debido a la ubicación del nuevo monumento, sería denominada plaza del Obelisco y que es hoy la glorieta de Emilio Castelar. En 1838 la concluyó la nueva fuente, que disponía de un pilón «de piedra berroqueña de 70 pies de diámetro esterior» . Sobre el fondo del pilón se levantaban, sobre zócalos, el obelisco y dos esfinges de bronce con surtidores, que lo franqueaban.


La disposición de la fuente cambió en 1868, cuando se sustituyó el pilón por un espacio ajardinado y las esfinges fueron trasladadas al Retiro, donde embellecieron la entrada al estanque. En 1906 se desmontó la fuente para instalar en su lugar el actual monumento a Emilio Castelar, obra de Mariano Benlliure y levantado mediante subscripción pública. Aunque se había considerado que dicho monumento se erigiese en la plaza de Cibeles —que entonces tenía oficialmente la denominación del académico y político gaditano— y luego en la de la de Cánovas del Castillo, la decisión final fue su actual ubicación. La plaza pasó así de llamarse glorieta del Obelisco a plaza de Emilio Castelar. En 1914 se volvió a instalar, esta vez en la plaza de Manuel Becerra, recuperándose las esfinges de bronce que hacían de surtidor así como un vaso circular situado en su parte inferior.


El desmontaje de la fuente fue aprovechado por el diario diario ABC para hacer inocentada. El periódico se hizo eco del supuesto de un tesoro en un arca de madera encontrado bajo el monumento al desmontarlo. El contenido del arca, monedas de oro y documentos,10 se mostraría en el cercano Palacio de Bellas Artes, y a él acudieron cientos de madrileños cayendo en la inocentada. Este conjunto permaneció en la plaza de Manuel Becerra hasta 1969, cuando fue de nuevo desmontada debido a la construcción de un paso subterráneo en dicha plaza. El peso de la fuente aconsejó su traslado. Su nueva ubicación fue el parque de la Arganzuela, recién creado junto al Manzanares en el lugar de la antigua dehesa de la Arganzuela.


La escasa calidad del terreno, formado fundamentalmente por fango, requirió la instalación de pilotes clavados a quince metros de profundidad, sobre los que se instaló el obelisco. Este se convirtió en el elemento más destacado del nuevo parque, ocupando el punto central de una fuente ornamental dotada de un gran estanque elíptico (de 106 por 65 metros) y varios juegos de agua. Entre 1992 y 1995, el vaso fue vaciado y los surtidores detenidos para proceder a la impermeabilización del vaso. Las obras de soterramiento de la M-30 ejecutadas entre 2004 y 2007 provocaron la última remodelación de la fuente. Desaparecieron tanto el vaso como los surtidores de que disponía. Con la reapertura del parque en 2011, ya parte del parque Madrid Río, se colocó el monumento junto a un paseo con los caños de sus esfinges cegados.

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Búnker republicano del Jardín El Capricho

Se trata del búnker de la Guerra Civil que allí se conserva. Habrá visitas guiadas gratuitas todos los sábados y domingos. Esta es una de las reivindicaciones históricas de los vecinos de Barajas, un distrito con gran interés por su patrimonio cultural, y que ahora van va ver cumplida. Se organizarán cuatro visitas cada día, a las 10, 10.30, 11 y 11.30 horas, de veinte minutos de duración, a cada una de las cuales podrán asistir 20 personas. Para participar, hay que inscribirse previamente, llamando al teléfono 91 639 78 69 o a través de la dirección de correo electrónico paa@talher.com, en horario de lunes a viernes de 10 a 13 horas.


Al fondo del parque, a la izquierda del palacio de los Condes de Osuna, se encuentran los accesos principales al bunker. Esta instalación subterránea fue conocida como "Posición Jaca" y fue el centro de mando desde el que el ejército republicano organizó los últimos combates de la defensa de Madrid. Bajo una enorme losa de hormigón armado de un metro de grosor se encuentran las puertas blindadas que dan acceso al subterráneo. Hay varias de estas puertas por la zona. Alguna de ellas, cerradas con cadena, dejan un resquicio por el que se pueden observar los escalones que descienden hacia la oscuridad.


Tras descender dos tramos de escaleras, hasta 15 metro bajo tierra, nos encontramos otra puerta blindada (blast door) que da acceso al bunker propiamente dicho. Este consiste en un largo pasillo principal con habitaciones abovedadas a sus lados. Las habitaciones están totalmente vacías de cualquier tipo de mobiliario, aunque aún se conservan restos oxidados de la antigua instalación eléctrica. Llama la atención los azulejos de las paredes, y el dibujo del suelo, que se aprecia a pesar de la suciedad.


En toda la instalación resuena el goteo continuo del agua que cae en un pozo situado en la primera habitación, que acentúa la sensación de frescor habitual bajo tierra. Al fondo se encuentra una habitación de paredes oscuras, que debió albergar la cocina o los baños. Sólo queda un pequeño poyete, y unos ganchos metálicos que debieron sostener algún tipo de depósito o similar. El refugio antiaéreo de El Capricho. Un pasillo central da acceso a las múltiples salas en las que la República fraguó la defensa de Madrid durante ocho meses. Es de la Guerra Civil, y su recuperación era una demanda de los vecinos de Barajas. Se harán visitas guiadas gratuitas todos los sábados y domingos, previa inscripción. Dentro del jardín de El Capricho también se va a rehabilitar el Palacio, que acogerá un museo dedicado a la duquesa de Osuna.


El jardín de El Capricho de la Alameda de Osuna fue declarado Jardín Histórico Artístico el 20 de octubre de 1934 y ratificado en posteriores legislaciones como Bien de Interés Cultural. En su conformación actual presenta elementos de tres siglos: XVIII, XIX y XX. Esta zona verde permanece abierta al público durante los fines de semana y festivos. Existe, además, un programa de vistas concertadas entre semana.

Fuente: El mirador de Madrid, El cajón de Grisom

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Edificios y monumentos de Madrid

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Basílica de San Miguel

La Basílica de San Miguel (oficialmente, Basílica Pontificia de San Miguel) está ubicada en la calle de San Justo, en Madrid (España). Se encuentra junto al Palacio Arzobispal, en el corazón de la zona conocida como Madrid de los Austrias. Está adscrita a la Nunciatura apostólica en España, que la ha confiado al Opus Dei desde 1960, y es la sede de la Hermandad de los Estudiantes (Madrid). A pesar de sus pequeñas dimensiones, se trata de una de las construcciones arquitectónicas más relevantes del Barroco español, por la singular forma convexa de su fachada y su original planta, poco habitual en el país y única en el Barroco madrileño.


El templo, que empezó a construirse en el año 1739, posee una notable influencia italiana. La basílica fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional el 28 de noviembre de 1984, según Real decreto. La Basílica de San Miguel se emplaza sobre el solar de la parroquia de los Santos Justo y Pastor, mártires cristianos que, según la tradición, murieron en Alcalá de Henares. Poco se conoce sobre esta desaparecida iglesia, una de las más antiguas de la ciudad. Su construcción era anterior al siglo XIII, o al menos eso se desprende del Fuero de 1202, en el que se la cita. El templo sufrió un incendio en 1690 y quedó completamente destruido.


En 1739 se iniciaron las obras de la construcción actual, a instancias del cardenal infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, arzobispo de Toledo, que costeó su ejecución con un presupuesto de 1.421.000 reales. En 1745 se concluyó el edificio. En tiempos de José Bonaparte, la iglesia añadió una nueva advocación: a la original de los Santos Justo y Pastor, se le sumó la de San Miguel, santo que quedó sin feligresía ante la demolición de la vecina parroquia de San Miguel de los Octoes.


En el siglo XIX, el templo quedó advocado únicamente a San Miguel y la feligresía de los Santos Justo y Pastor pasó a la iglesia del antiguo Convento de las Maravillas. En 1892 se entregó a la Nunciatura apostólica, adquiriendo el título de basílica pontificia, al trasladarse a Leganitos la parroquia de San Miguel. En el siglo XX, el Opus Dei se hizo cargo del templo.

El lector de Carlos Cambronero. Calle de San Justo, Madrid

Esta institución promovió diferentes reformas, como la supresión de los altares laterales y la construcción de una cripta bajo el edificio. En este siglo pasó a ser iglesia pontificia, con el nombre de Basílica Pontificia de San Miguel (es decir, es el templo de la Nunciatura apostólica de la Santa Sede en España). El compositor de origen italiano Luigi Boccherini (1743-1805), fallecido en Madrid, fue enterrado en esta basílica, hasta que en 1927 Benito Mussolini ordenó llevar sus restos a Lucca (Italia), de donde el músico era natural. Se le dio sepultura en la iglesia de San Francisco, en el panteón de hijos ilustres de la citada ciudad toscana.

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Ministerio de Agricultura

El Ministerio de Agricultura, situado en el Paseo de la Infanta Isabel 1. Se trata en mi opinión del grupo escultórico más olvidado de la ciudad, sobre todo si tenemos en cuenta lo gigantesco que es y que está situado en una zona tan turística como es Atocha. El conjunto es obra del escultor Agustín Querol, realizado en 1905, y está compuesto por tres figuras.


En el centro tenemos otro ejemplo de Victoria Alada, flanqueada por las alegorías de la Ciencia, que lleva una antorcha en la mano, y del Arte, que tiene una paleta de pintor en una mano, una estatuilla en la otra, y tiene el codo apoyado sobre un capitel corintio, representando así a las tres principales artes: pintura, escultura y arquitectura.


Lo curioso de estas esculturas es que se tratan de copias en bronce de los originales en mármol, que fueron llevados a varias plazas de Madrid. En el caso de la escultura central, la original se encuentra en la Glorieta de Cádiz, mientras que las otras esculturas del conjunto fueron trasladados a la Plaza de Legazpi. Las otras dos figuras que flanquean a la Victoria representan la Agricultura y el Comercio.


La diosa de la Agricultura es Deméter o Ceres, a la que se suele representar portando una rama de cereales, mientras que Mercurio, al que se le reconoce por el curioso bastón que porta en la mano llamado caduceo, es el mensajero de los Dioses y también el dios del Comercio. Ambos personajes aparecen montados sobre dos Pegasos o caballos alados para representar nuevamente la victoria.

Fuente: pormiamoralarte

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Monumentos mitológicos de Madrid

Los orígenes de Madrid juegan entre la realidad y la fantasía, estando fuertemente ligados a la mitología griega. Así lo demuestran los muchos monumentos dedicados a dioses y otros seres fantásticos que inundan la ciudad. Atenea, Neptuno, Apolo… Cada uno cuenta con una historia de lo más interesante.

Fuente de Cibeles

Es uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad, y fue un encargo del rey Carlos III al arquitecto Ventura Rodríguez. Diseñada en 1782, cumplía la función de abastecer de agua al pueblo, pero en 1895 fue trasladada desde el Paseo de Recoletos al centro de la Plaza Cibeles, convirtiéndose en un elemento decorativo. Actualmente es el lugar de celebración de las victorias del Real Madrid. Realizada en mármol, representa a la diosa Cibeles, diosa de la Tierra, la agricultura y la fecundidad. Tiene una corona en la cabeza, un cetro en una mano y las llaves de la ciudad en la otra. Está sentada en un carro tirado por dos leones llamados Hipómenes y Atalanta. Anteriormente, esta última era una ninfa de la que estaba enamorado Hipómenes, y consiguió unirse a ella en el tempo de Cibeles. Como castigo, Zeus convirtió a ambos en leones y los condenó a tirar eternamente del carro de la diosa. En la parte posterior del carro podemos ver unos amorcillos, unos niños que hacían ruido constantemente para ayudar a Cibeles a ocultar a Crono los llantos de su hijo Zeus. Estas piezas fueron añadidas posteriormente al monumento.

Fuente de Neptuno

Otro de los monumentos de Madrid más conocidos de las fuentes más conocidas de la ciudad. Ubicada en la Plaza de Cánovas del Castillo, fue construida entre 1780 y 1784, como parte de los tres grandes conjuntos escultóricos creados por Ventura Rodríguez para el Paseo del Prado, junto a la Fuente de Cibeles y la Fuente de Apolo. Es el lugar donde celebran sus victorias los aficionados del Atlético de Madrid. El conjunto está formado por un gran pilón circular, en cuyo centro se sitúa una enorme escultura de Neptuno, dios de los mares, empuñando un tridente y cabalgando sobre un carro tirado por dos caballos con cola de pez. Hay una culebra enroscada en su mano derecha, y delfines que arrojan agua. Se dice que esta gran escultura hace referencia a la Marina que Carlos III reformó para hacerla más fuerte.

Fuente de Apolo

También llamada de las Cuatro Estaciones, esta fuente cierra el trío creado por Ventura Rodríguez. Situada en el Paseo del Prado, empezó a construirse en 1780 por Manuel Álvarez, que diseñó las figuras que representan las Cuatro Estaciones. Sin embargo, la figura de Apolo fue realizada por Alfonso Giraldo de Bergáz en 1802. Se representa a Apolo con sus atributos, el arco y la flecha. Cuenta con cuatro esculturas que simbolizan las estaciones, y entre las cuales encontramos escudos de armas de Madrid. La Primavera es una mujer con flores, mientras que el Verano es otra mujer con una espiga de trigo. El Otoño es un joven con una corona de uvas en la cabeza, y por último, el Invierno es un anciano. monumento a Atenea en Madrid.

Estatua de Atenea

Esta mítica estatua se encuentra en la azotea del Círculo de Bellas Artes, y representa a Minerva o Atenea, diosa de la sabiduría, las artes y la guerra. Este monumento de Madrid está diseñado por Juan Luis Vassallo y realizada en bronce en 1964. Mide 6,5 metros y pesa tres toneladas. Está representada con un peplo, un casco, un escudo y una lanza.

Victoria Alada

Esta escultura se encuentra en la cúpula del edificio Metrópolis, formando una pieza clave en el paisaje de la ciudad de Madrid. Anteriormente se hallaba una estatua del ave Fénix, que representaba a un hombre sobre un águila, pero en 1975 el edificio cambió de propietarios, los cuales encargaron al escultor Federico Coullant Valera la construcción del monumento actual. Se trata de una escultura en bulto redondo que representa a la diosa griega Niké, hija de Zeus, que siempre acompañaba a la diosa Atenea. Se dice que podía volar y correr a gran velocidad, y que repartía buena suerte.

Fuente: Cosas de Madrid

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Plaza de Legazpi, Madrid

La plaza de Legazpi está ubicada en el distrito de Arganzuela de Madrid. Constituye el final del paseo de las Delicias y es el centro del barrio que lleva su nombre. En ella se encuentra la estación de metro homónima. Debe su nombre al conquistador Miguel López de Legazpi. A comienzos del siglo XX ya existía, aunque sin nombre específico, como cruce del Paseo de las Delicias con el eje Paseo de la Chopera - Paseo del Molino. De este cruce salía un acceso, que atravesaba la dehesa de Arganzuela, al lado de Santa Catalina por donde era posible cruzar el río Manzanares.


En 1901 se comenzó a construir el puente de la Princesa, ubicado sobre el vado de Santa Catalina. El puente, fabricado en hierro, fue inaugurado en 1909, enlazando así el paseo de las Delicias con la carretera de Madrid a Cádiz, que hasta entonces dejaba el casco urbano de Madrid por el puente de Toledo, lo que provocó un inmediato aumento del tránsito por la todavía innominada plaza de Legazpi.


En 1910 se comenzó a construir el Matadero y Mercado Municipal de Ganados (que más tarde vino en ser conocido como Matadero Municipal de Legazpi o de la Arganzuela), cuya esquina sureste daba también a la plaza. Entre 1924 y 1925 se puso en funcionamiento. Sin embargo, hasta el 14 de julio de 1926 el ayuntamiento de Madrid no dio nombre a la plaza, asignándole el nombre del conquistador de Manila, Miguel López de Legazpi, que pasó a llamarse plaza de Legazpi.


El 23 de abril de 1935 se inauguró el Mercado Central de Frutas y Hortalizas, cuyo acceso principal se encuentra también en la plaza de Legazpi. En enero de 1931 se inauguró en el número 2 de la plaza en la esquina con la calle Bolívar el cine Legazpi, obra del arquitecto Vicente Agustí Elguero. Desapareció a principios de la década de 1950 y en su lugar se erigió un edificio de oficinas y viviendas.


La estación de la línea 3 del Metro se abrió al público el 1 de marzo de 1951, dos años más tarde de lo previsto debido a los problemas de importación de materiales auxiliares del extranjero. La estación de línea 6 se abrió al público el 7 de mayo de 1981 con el tramo Pacífico-Oporto. Los elementos centrales de la glorieta corresponden a los pegasos del grupo escultórico La Gloria y los Pegasos, de Agustín Querol, instalados en la plaza en febrero de 1997, aunque actualmente solo queda uno de ellos.

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Glorieta de Cádiz (La Gloria y los Pegasos)

La Gloria y los Pegasos es un conjunto escultórico alegórico de tipo monumental, obra de Agustín Querol de 1905, del que actualmente existen dos versiones en Madrid (España): una copia en bronce, encumbrando de la sede del Ministerio de Agricultura, y el grupo original, en mármol, en la plaza de Legazpi y la Glorieta de Cádiz.

La Agricultura junto al Pegaso izquierdo, en el Ministerio de Agricultura

Entre 1893 y 1897 se construyó en el número 1 del Paseo de la Infanta Isabel, según proyecto de Ricardo Velázquez Bosco, el edificio que sería sede del Ministerio de Fomento (actualmente Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), el Palacio de Fomento. Como parte de la decoración escultórica del mismo, se decidió ubicar, sobre el ático del cuerpo central de la fachada principal, una alegoría del Progreso. El artista encargado de realizarla fue el español Agustín Querol Subirats (Tortosa, 1860 – Madrid, 1909), quien ideó un conjunto escultórico de tamaño colosal compuesto por tres partes exentas: La Gloria (una victoria alada junto a las alegorías de la Ciencia y el Arte), y a ambos lados de ella, dos Pegasos acompañados por figuras humanas que simbolizan la Agricultura y la Industria (izquierda) y la Filosofía y las Letras (derecha).

La sabiduría sobre el Pegaso derecho, en el Ministerio de Agricultura

Querol envió a Carrara (localidad italiana notoria por sus canteras de mármol de alta calidad) un molde de las esculturas para que marmolistas italianos efectuaran su ejecución final. Tras solventar varias vicisitudes durante su viaje desde allá hasta Madrid y la posterior subida a la azotea (debidas a su gran envergadura y peso), son finalmente colocadas en el Ministerio en 1905. La Agricultura junto al Pegaso izquierdo, en el Ministerio de Agricultura. Los daños sufridos durante la Guerra Civil y las inclemencias meteorológicas padecidas a lo largo del tiempo deterioraron el conjunto, del que fueron desprendiéndose varios fragmentos.

La Gloria, presidiendo la Glorieta de Cádiz

Uno de ellos, de unos 20 kilos de peso, cayó a principios de los años sesenta frente al pórtico de entrada del Ministerio. Por ello, y dado el peligro existente de derrumbamiento, en marzo de 1976 las esculturas fueron reemplazadas por réplicas de bronce, realizadas por Juan de Ávalos mediante la técnica del vaciado. Las originales tuvieron que ser fraccionadas para facilitar su bajada. En 1992, continuando la labor que las Escuelas Taller del Ayuntamiento de Madrid venían haciendo desde unos años antes, un equipo de especialistas inicia la fase final de restauración de los mármoles de Querol.

Pegaso en la Plaza Legazpi

En febrero de 1997 se instalaron en la Plaza de Legazpi los dos llamados Pegasos. Por su enorme peso, que dificultaba el anclaje al suelo, las alas de mármol tuvieron que ser sustituidas por otras de fibra de vidrio. En 1998 La Gloria, rodeada por una fuente circular, se emplazó en el centro de la Glorieta de Cádiz. El 26 de abril de 2005, con motivo de las obras de la M-30 (vía que pasa bajo la Plaza de Legazpi) que hacían peligrar su estabilidad, los dos grupos de los Pegasos fueron retirados. Tras el fin de los dichos trabajos subterráneos, se volvió a colocar solo uno de ellos.

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Glorieta de Quevedo

La Glorieta de Quevedo es un espacio urbanístico en forma de glorieta ubicado en Madrid, denominada en honor al escritor español del Siglo de Oro: Francisco Gómez de Quevedo Villegas. En el centro hay una escultura en honor al escritor tallada por Agustín Querol en 1902. La glorieta es cruce de la calle de Fuencarral (que comienza como prolongación de la de Montera desde Sol pasando por la glorieta de Bilbao), la calle de San Bernardo (desde la plaza de Santo Domingo pasando por la glorieta de Ruiz Giménez), la calle de Bravo Murillo (que asciende hasta la glorieta de Cuatro Caminos).


Desde el siglo XVII se celebraba la romería del Trapillo en las cercanías de la Puerta de Fuencarral (denominada puerta de los Pozos). El espacio que ocupa la plaza en la actualidad se encontraba a las afueras en el siglo XVII. Era un cruce de caminos hacia el pueblo de Fuencarral y Francia. Se ubicó en sus cercanías el cementerio General del Norte (en la calle de Arapiles) desde donde se accedía al cementerio municipal. La construcción del cementerio se realiza por orden de Carlos III mediante Real Cédula en el año 1787. Se eligió la zona por encontrarse a las afueras, y desde la plazuela se traza una comunicación a la puerta del cementerio. Es precisamente cuando este cruce se convierte por primera vez en una zona circular con aspecto de pequeña plaza.


La denominación de la glorieta, empleando el apellido del escritor madrileño (nacido en 1580), se asigna por primera vez a esta plaza, en el año 1860. El urbanista Ángel Fernández de los Ríos promueve la conexión con Moncloa mediante una vía en honor al ingeniero George Stephenson constructor de la primera línea ferroviaria pública del mundo. El Canal de Isabel II inaugura sus primeras instalaciones de servicio de agua en esta plaza.


Desplazando las aguas del río Lozoya mediante conductos a los primeros depósitos. La estatua de Quevedo se erige por orden del alcalde de Madrid Alberto Aguilera, esculpida por Agustín Querol e inaugurada en 1902, tuvo su primera ubicación en la plaza de Alonso Martínez. En esta época la estatua que se encontraba ubicada en la glorieta era de Bravo Murillo. Posteriormente, ya en 1963, se coloca en esta glorieta de la que recibe su nombre. A comienzos del siglo XX la historia del Metro madrileño tiene en su línea 1 y 2, abriendo la estación de Quevedo al público el 27 de diciembre de 1925. Entre sus vecinos ilustres se encuentra Juan García Hortelano. Durante la guerra Civil la plaza tuvo protagonismo durante golpe de Casado.

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Edificio de la antigua sede de la Real Compañía Asturiana de Minas

El edificio de la Real Compañía Asturiana de Minas está situado en Madrid, con la fachada en la Plaza de España 8 y la Calle de Bailén 1, y la trasera en la Calle del Río 24.
Son 3800 m² de estilo ecléctico monumental o alfonsino (Alfonso XII) al gusto francés de Luis XIII, es una de las mejores muestras de la arquitectura de su tiempo. La parte principal dispone de 2500 m² en tres pisos de aproximadamente 770 m². En la fachada se combinan la piedra y el ladrillo y está rematado por una cubierta en mansarda con buhardillas de cinc (pizarra), típicas de la arquitectura francesa. Está ornamentada con ménsulas de angelotes, personajes mitológicos y motivos vegetales.


Los balcones tienen unas balaustradas muy decoradas de plomo. Los 3 torreones, más alto el central, están cubiertos por cúpulas de casco. Tiene un almacén de 1300 m², compuesto por la planta baja del edificio y la nave de la parte trasera. Se asienta sobre una estructura de piedra de cantería, con formación de arcos de medio punto, de hierro y cristal.


En la puerta principal se puede ver 1898 como fecha del edificio, pero el palacete fue construido entre 1891 y 1899 a petición de la Real Compañía Asturiana de Minas, y proyectado por el arquitecto Manuel Martínez Ángel, director de la compañía. El edificio fue construido como la sede de la Real Compañía Asturiana de Minas en Madrid, albergaba sus oficinas, las viviendas de los ingenieros, y en la parte trasera el almacén.


El lunes 16 de octubre de 1933, Manuel Martínez Ángel salió de su casa a las 11 de la mañana. En la acera, a las puertas del edificio, un joven alumno suyo sacó una pistola y disparó contra el ilustre arquitecto de 67 años, que falleció. De 1899 hasta 1957 (casi 60 años), uno de los que vivió en este edificio fue Elías Tormo, gran conocedor del pasado madrileño y autor de varios libros, entre ellos Las iglesias del antiguo Madrid. Incoado como Bien de Interés Cultural a 4 de junio de 1977 pero todavía no declarado. Propiedad de la Mutua Madrileña, desde finales del siglo XX. De 1988 hasta 2009 fue la sede de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, en régimen de arrendamiento. Se siguen celebrando exposiciones, como la Street Art4 en 2006, la Casa Decor 20125 o la Terracotta Army – Los Guerreros de Xian6 en 2013.

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Puerta de Hierro (Madrid)

La Puerta de Hierro es un monumento de la segunda mitad del siglo XVIII, ubicado en la parte noroccidental de Madrid (España), en las inmediaciones del Monte de El Pardo. Ocupa una isleta ajardinada, definida por varios ramales de las autopistas A-6 y M-30, que bordean un enclave de difícil acceso. Está construida en estilo barroco clasicista. Toma su denominación de la verja de hierro forjado instalada en sus vanos. La puerta ha prestado su nombre a varios lugares situados en sus inmediaciones. Con este topónimo es conocido el nudo viario configurado por la confluencia de la A-6 y la M-30, así como el complejo deportivo Real Club Puerta de Hierro, el Hospital Puerta de Hierro (posteriormente trasladado a Majadahonda) y la urbanización Ciudad Residencial Puerta de Hierro.


A diferencia de las otras tres puertas monumentales de la ciudad (las de Alcalá, Toledo y San Vicente), la Puerta de Hierro no se encuentra en el casco urbano, sino en las afueras. Tal ubicación responde a su función original. Fue erigida como entrada al Real Sitio de El Pardo, una zona de caza históricamente reservada a la monarquía española y que, en la actualidad, se encuentra protegida a través del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Se edificó entre 1751 y 1753, durante el reinado de Fernando VI, a cuya iniciativa se debió también la construcción de una valla que rodeaba el perímetro del Monte de El Pardo, así como el cercano Puente de San Fernando, cuyas obras se realizaron simultáneamente al convertirse el monte de El Pardo en «coto redondo».


La citada tapia tenía como misión impedir el furtivismo y evitar que los animales salvajes del coto escapasen. Tímpano del lado sur. Esfinge este. Remate del monumento. A principios del siglo XX, circulaba por los vanos de la puerta el tranvía que comunicaba la zona de La Florida con el pueblo de El Pardo, explotado por la Sociedad del Tranvía del vapor de Madrid a El Pardo, fundada en 1903 y clausurada en 1917 por dificultades económicas. La puerta no se encuentra en la actualidad en su emplazamiento original. En 1991 fue desmontada piedra a piedra y trasladada a una isleta cercana a su primitivo enclave, para facilitar la ampliación de la carretera A-6.


La obra de cercamiento del monte y del puente de San Fernando sobre el río Manzanares fueron confiadas al ingeniero Francisco Nangle. La construcción de la puerta se encomendó al arquitecto Francisco Moradillo quien contó con la colaboración del escultor Juan Domingo Olivieri y del rejero Francisco Barranco. Se desconoce si el diseño de la puerta pudo deberse también a Nagle, encargándose Morillo únicamente de su ejecución, o si las trazas, como parece más lógico, corresponden a éste, que en las mismas fechas estaba dirigiendo la ejecución de las obras del convento de las Salesas Reales proyectado por el arquitecto francés François Carlier.


Realizada en piedra blanca de Colmenar de Oreja y granito, consta de un arco de medio punto de esbeltas proporciones, rematado por un frontón y sujetado por dos contrafuertes, y dos pilastras dóricas toscanas, que aparecen a ambos lados, separadas del arco. Una verja de hierro forjado une los diferentes elementos arquitectónicos. Decorada con ornamentos militares y de caza en bajorrelieves localizados en los contrafuertes, sobre el frontón se alza entre banderas el escudo real, flanqueado por dos esfinges recostadas, obras llevadas a cabo por Juan Domingo Oliveri, como los hermosos jarrones de los que brota un penacho en llamas que coronan las pilastras del monumento.

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