Puente Oblicuo - Madrid Río

El Puente Oblicuo fue una de las primeras actuaciones urbanísticas del proyecto Madrid Río en llevarse a cabo. Se trata de una plataforma de uso peatonal y ciclista que prolonga sobre el cauce del Manzanares el Salón de Pinos, una zona ajardinada poblada con árboles de esta especie, situada junto al Puente de Segovia.


El aspecto del puente, como un paseo arbolado suspendido sobre el río, en nada se parece al que tenía cuando era uno más de los puentes de la M-30. En su origen, allá por el año 1969, por los ingenieros Carlos y Leonardo Fernández y Javier Manterola, siendo inaugurado en 1974, a la vez que se abría al tráfico la autovía de circunvalación. Su mayor singularidad era su trazado oblicuo respecto al cauce del Manzanares adoptado para salvar las aguas del río sin necesidad de giros en ángulo recto, facilitando al máximo la circulación.


Dentro del proyecto Madrid Rio, lo que antes era un puente para vehículos de varios carriles, saturado de tráfico, se ha convertido en una tranquila y agradable pasarela con jardines y árboles, que une los paseos de la Ermita del Santo, en la margen derecha del río, y de la Virgen del Puerto, en la izquierda.


De acuerdo al proyecto de paisajismo de Ginés garrido y Fernando Porras, se construyo una jardinera longitudinal, a lo largo la margen derecha del puente, con más de 820 metros cuadrados de césped y pinos, junto a la cual discurre una acera peatonal y un carril ciclista, cambiando por completo el aspecto de este paso sobre el Manzanares, vuelto a inaugurar en otoño de 2008.


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