La Antigua Churrería
Dirección: C/ Bravo Murillo, 190
28020, Madrid
En 1913 D. Julio Quiroga, montó una churrería en el madrileño Puente de Ventas y con ella implantó un oficio en su familia que ha pasado de padres a hijos. Hoy, Julio representa la cuarta generación y por ello es el encargado de perpetuar esta tradición. De las cuatro churrerías, visitamos la de Bravo Murillo. El local está dividido en dos estancias; la primera tipo cafetería con un mostrador donde se exhiben una gran variedad de porras y churros, tanto los habituales como los rellenos o bañados y al fondo un coqueto saloncito con fotografías suponemos que del ilustre fundador. Aunque hay 17 tipos de chocolates y una gran variedad de cafés, nosotros probamos como hicimos en el resto de churrerías la versión clásica de chocolate con churros y porras y podemos afirmar que D. Julio Quiroga no lo hizo nada mal, si señor.
Churrería Siglo XIX
Dirección:C/ Santa Engracia, 41
28010, Madrid
Estamos de nuevo ante un negocio con solera, ya que tres generaciones de churreros se han encargado de perfeccionar en este tiempo su producto hasta llegar a conseguir una gran calidad en su oferta. En Madrid encontramos 6 establecimientos, aunque nosotros hemos visitado el que hay en la calle Sta. Engracia. En la fachada llaman a atención los mosaicos de corte romántico del siglo XVII, su interior está formada por una amplia estancia tipo mesón/cafetería con más espacio en la planta superior.
Chocolatería Valor
Dirección: C/ Postigo de San Martín, 7
28013, Madrid
Churrería Chocolatería Los artesanos 1902
Dirección: C/ San Martín, 2
28013, Madrid
Tal y como reza su eslogan “Más que una empresa, es una gran familia” y es que la Churrería Chocolatería Los Artesanos 1902 a pesar de sólo llevar abierta desde el 2012, creación de Don Gabi, esta familia suma cinco generaciones de churreros en su haber, continuando una tradición familiar con mas de 100. Es la historia de una familia que pasa de padres a hijos el secreto de realizar artesanalmente un producto tan típicamente madrileño como son los churros con chocolate. En 1902. Don Florencio, bisabuelo de Don Gabi, abrió las puertas de una churrería en la calle Ave María, donde enseñó a su nieto Don Galo, padre de Don Gabi. Una vez que aprendió y perfeccionó el viejo oficio de churrero, comenzó vendiendo churros y porras por las calles de Madrid con una hornilla fabricada por él mismo y que para calentar el aceite usaba madera y carbón. Nada más entrar en la churrería puedes ver a través de un cristal, la cocina, donde los maestros churreros se esfuerzan en sacar churros suficientes para todo aquel que entra. El sistema de pedir la comanda y pagarla a la entrada, que en principio puede resultar frio, queda compensada por la amabilidad del encargado a tal fin. Además resulta especialmente práctico y ágil cuando hay mucha gente. Hay que resaltar la atención del personal e impecabilidad de los uniformes. En los artesanos 1902 han sabido solucionar el problema de la falta de rentabilidad de las churrerías fuera de temporada o de la hora punta del desayuno compatibilizándolo con el servicio de restaurante, cuya carta (en español e inglés) es interesante en cantidad y calidad, ofreciendo sobre todo una cocina típica y en la que aparecen también platos bajos en calorías o sin gluten.
Chocolatería San Ginés
Dirección: Pasadizo de San Ginés, 5
28013, Madrid
Ya sea desde su acceso natural por el pasadizo de San Ginés que sale de la calle del Arenal como desde la Plazuela de San Ginés, para llegar a esta famosa chocolatería hay una ligera cuestecilla que te hace moderar el paso sin darte cuenta y por tanto te prepara para una sosegada degustación. Este local se construyó en 1890 para ser mesón y hospedería, pero en cuatro años se convirtió en una churrería. Tienes una terraza acondicionada para el frio con calefactores y cuatro salas repartidas en dos locales anejos; en el de la izquierda veremos una interminable galería de fotos de famosos que han pasado por allí y en el de la derecha disfrutaremos de un espacio que nos trasladará a otra época y con un encanto especial. Particularmente recomiendo bajar a la sala inferior del local de la derecha. Tanto los churros como las porras son de corte clásico; porra gruesa y no aceitosa y churros alargados, blanditos por dentro y crujientes por fuera. El chocolate está rico y es el más líquido de los que hemos probado, por lo que invita a bebérselo después de mojar tu ración de churros.
Fuente: Churrerías de Madrid
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