Resulta curioso descubrir como muchas expresiones de las que utilizamos en la actualidad tienen un origen bastante más lógico y real de lo que pensamos. Es lo que sucede con la expresión “el quinto pino” que habitualmente utilizamos para señalar que algo está muy lejos y que, precisamente, se originó en Madrid.
Paseo de Recoletos en 1930, un siglo después de plantar los pinos.
Según nos cuenta la historia, durante el reinado de Felipe V en el Siglo XVIII se plantaron en una de las arterias principales de la ciudad cinco frondosos pinos. El primero de ellos estaba en lo que hoy sería el comienzo del Paseo del Prado, cerca de Atocha.
Paseo del Prado
Los demás, situados a una notable distancia unos de otros, seguían por todo el eje hasta llegar al punto donde hoy vemos los Nuevos Ministerios, punto donde se alzaba imponente el quinto y último pino.
La gente los utilizaba en aquella época para concretar sus encuentros, de la misma forma que ahora quedamos en Tribunal o en el Oso y el Madroño. Lo habitual era quedar en los dos o tres primeros puestos que el quinto, el más alejado, quedaba casi a las afueras de la ciudad.
Nuevos Ministerios
Fuente: Secretos de Madrid
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